Por Jorge D. Ferraris
Concentrar la tarea de la oposición en la actividad del Congreso, habida cuenta de los resultados del 28 de junio del 2009, y posponer hasta principios del 2011 la definición de las candidaturas presidenciales, fue una estrategia compartida en la oposición. Tanto Cobos como Elisa Carrió, por diferentes razones, la sostienen y la defienden cada vez que surgen titubeos respecto a su consistencia.
A Cobos le permite mantenerse en la vicepresidencia (un resguardo institucional con riesgo de desgaste) y dilatar el salto incierto a la arena en la que se desarrollará la contienda electoral. Por su parte Carrió, que perdió puntos como candidata a la presidencia, ha pensado que, una buena actuación como opositora en el Congreso (para lo cual tiene condiciones), le permitiría recomponer sus posibilidades y recuperar el terreno perdido para negociar en el seno de
Con respecto al desempeño de la oposición en el Congreso, podemos decir que ha obtenido (y obtendrá) triunfos en Diputados… que se anegaran en las arenas movedizas del Senado o los liquidará el veto presidencial. Es decir, el agua solo ha llegado a la mitad del vaso.
Por otra parte, en el seno de la oposición, con relación a las candidaturas presidenciales, la situación presenta algunos obstáculos para encarar una solución expedita.
En el Peronismo Federal, el deshojamiento de la margarita por parte de Reutemann, la duda respecto a la consistencia de la candidatura de Duhalde, la definición de Solá en el sentido de ser candidato por fuera del Justicialismo, las aspiraciones de De Narváez (quien demoró en elegir su ubicación en la contienda), las vacilaciones respecto a aceptar las internas dentro del partido Justicialista (hoy al parecer despejadas) y la conducta a seguir frente al novelón que protagoniza Macri (que busca la “pata peronista” de su base electoral en el Peronismo Federal), no ofrecían ni ofrecen todavía, un panorama adecuado para definir ni un plan de gobierno y menos una candidatura.
En tanto Kirchner no tiene problemas. Ha decidido su estrategia en el área metropolitana de mayor densidad electoral. Ha puesto todos los vientos detrás de sus velas sin que importen incompatibilidades personales ni contradicciones ideológicas. Desconfiado de los intendentes del Gran Buenos Aires (tiene sólidos motivos para ello), los ha cercado. Por un lado con Moyano al frente del Justicialismo y por el otro con su hermana Alicia, a quien le ha confiado el manejo de
A pesar de lo que ha dejado entrever alguna prensa opositora, el gobernador Scioli no constituye el menor obstáculo a este despliegue estratégico de Kirchner. Esa reflexión es más un deseo que una certidumbre. El gobernador de Buenos Aires, ya ha sido “domesticado” y el “tren bala” en el que viaja desde hace ya tiempo, ha retomado una velocidad que impide su abandono. En tanto lo acompañen las encuestas, Scioli será el candidato de Kirchner.
Este panorama, por cierto nada optimista, que se cierne sobre el pensamiento de los analistas como nubarrones sobre el horizonte, está promoviendo una revisión de la estrategia opositora. Margarita Stolbizer se atrevió, recientemente, a afirmar que “el rey está desnudo”…Hoy reclama enunciaciones programáticas firmes y definición de candidaturas. Se espera que Ricardo Alfonsín se incorpore a esta postura con mayor firmeza. La misma inquietud se desarrolla en el Peronismo Federal. La reciente declaración de sus principales protagonistas, en el sentido de que unificarán en una candidatura toda la fuerza de sus componentes, no ha alcanzado a disipar la desazón que les ocasiona esta realidad.
En efecto, posponer las definiciones a la fecha oficial del 11 de agosto de 2011, implica darle a Kirchner, casi un año de ventaja en el transcurso de su armado electoral. Los opositores deberán buscar un atajo para las candidaturas presidenciales, y dejar para candidaturas secundarias las definiciones a que los obligan las leyes electorales que le correspondan conforme a cada jurisdicción. Es decir, de concretarse esta perspectiva, con relación a las candidaturas presidenciales, el 11 de agosto del 2011, los partidos solo tendrían que cumplir con un formalismo exigido por la ley.